Inversión
pública y creación de trabajo
¿Qué puestos de
trabajo se pueden crear con la inversión pública?
Autora: Karla Gaviño
Docente de la Escuela
de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico
La crisis sanitaria por la COVID-19
continúa, junto con la compleja situación económica y la necesidad de generar puestos
de trabajo, que serán parte del correlato que acompañe al próximo gobierno en
sus inicios. A pocos días de las elecciones, los distintos candidatos anuncian
en sus intervenciones mediáticas y en sus planes de gobierno, la creación de
empleo mediante la inversión pública. Algunos, no identifican proyectos
puntuales con lo cual puede tratarse de nuevas inversiones a formular, mientras
que otros presentan una fórmula mixta, llegando inclusive a mostrar en sus planes
de gobierno un listado con el detalle de las inversiones, que pueden estar a
nivel de idea, en ejecución, y dentro de éstas con ejecución lenta o paralizada
anunciando que serán impulsadas.
Es conveniente tener presente la
finalidad principal de la inversión pública no es propiamente la generación de
empleo. En términos del Sistema Nacional de Programación Multianual y Gestión
de Inversiones, conocido como Invierte.pe, éste busca: “la efectiva prestación
de servicios y la provisión de la infraestructura necesaria para el desarrollo
del país”. No obstante, es indiscutible que la inversión pública tiene
un efecto en la creación de puestos de trabajo temporal, y en el movimiento de
la cadena de pagos, que resulta de suma importancia en contextos de
reactivación económica como el presente. Al respecto, el Ciclo de la inversión,
tiene cuatro fases distintas: a) programación multianual de inversiones, b)
formulación y evaluación, c) ejecución y d) funcionamiento; en las cuáles es posible
identificar efectos generadores de empleo en distintos rubros y en medida.
Sobre la fase de programación
multianual de inversiones, toda vez que consiste en el análisis de las brechas
de infraestructura y servicios a cargo del Estado, y sus criterios de medición,
así como de la elaboración de la cartera de inversiones, básicamente estaremos en
un espacio donde adicionalmente al aparato público en sí mismo, participan
consultores especializados en la materia. Similar ocurre con las inversiones en
formulación y ejecución, que también tienen un impacto inmediato reducido en el
empleo, por consistir en la elaboración de los estudios de preinversión y las
fichas técnicas a ser evaluadas (para determinar su viabilidad en el caso de
proyectos de inversión, o su aprobación en el caso de inversiones de
optimización, ampliación marginal, reposición o rehabilitación).
Es en las inversiones en
ejecución, donde podemos hablar de un mayor impacto, por estar involucradas directamente
empresas constructoras y sus trabajadores, así como toda su cadena de proveedores,
suministros, subcontratistas, entre otros. La duración de las inversiones
en ejecución, idealmente deberían ceñirse al tiempo previsto en los cronogramas
de ejecución, dado que no se busca permanecer en la construcción de la obra
indefinidamente, sino la puesta en funcionamiento del servicio o del activo,
siendo el lapso de tiempo de ejecución el horizonte estimado del trabajo que se
genera en esta etapa (que según la envergadura, podrían llegar a ser algunos años).
En la etapa de funcionamiento de
la inversión, tendremos la operatividad, los servicios que brinda el Estado y
el mantenimiento, lo que pueden requerir otro tipo de proveedores por tratarse
de actividades que se financian primordialmente con gasto corriente, es decir,
de actividades de carácter constante o propias de la Entidad.
Volviendo a la etapa de ejecución,
será importante que las futuras autoridades tengan presente que iniciar
obras con problemas o sin tener todos los requisitos previos adecuadamente analizados
y saneados, podrá llevar a la paralización de las obras, lo cual no moverá la
economía ni impactará en el empleo positivamente, todo lo contrario, generará resoluciones
contractuales, y solicitudes de pagos a las empresas constructoras por parte
sus propios proveedores, subcontratistas o trabajadores, con quienes no podrán
cumplir y a quienes no podrán pagar, porque la obra no avanza. Asimismo,
al Estado le podrían generar adicionales de obra, adendas, indemnizaciones y costos
políticos. Estas obras, que por lo general empiezan aceleradamente o con
falencias de información, al inicio podrán dar la impresión de generar trabajo
en el corto plazo (mientras se ejecuta un porcentaje de la misma), pero en
realidad, con su paralización generarán deudas y problemas legales, sobrecostos,
y ni qué decir del descontento social y la postergación de las necesidades de
la población.
La fórmula no es nueva, y ya se
ha buscado recurrir a la inversión pública para reactivar la economía y crear
trabajo. El éxito de estas medidas dependerá finalmente, de la adecuada identificación
de las inversiones, del sólido análisis técnico, del cumplimiento de los
requisitos y articulaciones previas para evitar caer en escenarios de
paralización, así como del acompañamiento y de la gestión.
Publicado en La Mula en el link: https://karlagavino.lamula.pe/2021/04/08/inversion-publica-y-creacion-de-empleo-en-el-peru/karlagavino/