Autora: Karla Gaviño Masías
Van Halen es uno de los excepcionales
grupos que marcó la historia de la música, y Eddie Van Halen, recientemente
fallecido tras una larga lucha contra el cáncer (06.10.2020), fue y será siempre
una leyenda del rock. El aporte del grupo, llegó incluso al Derecho y de eso
trata este breve artículo.
En el mundo de la música son
conocidas las historias de artistas que piden desde las cosas más exóticas,
hasta las más simples en cada tour o concierto, y lo suelen estipular como
parte de las condiciones contractuales (conocidas como “riders”). Una de estas
condiciones, llevó a Van Halen a las aulas de Derecho y a cursos de negociación,
conocida como la “Cláusula Van Halen”.
Utilizada en décadas pasadas como
ejemplo de una condición excéntrica y antojadiza, que aparecía de pronto con el
número “Cláusula 126” en el contrato, evidenciando un aparente capricho detallista
del aclamado grupo, consistía en exigir que no se encuentre en el backstage ningún
M&M´s de color marrón, su incumplimiento daba derecho a la banda a cancelar
el concierto, pudiendo cobrar el total de sus honorarios más los costes de
producción.
Adicionalmente, el contrato incluía
otra mención a estos dulces en la lista de comidas del backstage: “M&M´s
(WARNING: ABSOLUTELY NO BROWN ONES)”. Así, el grupo exigía en mayúsculas
y subrayado un tazón con estos caramelos, precisando que ninguno debía ser de
color marrón. Al venir todos los M&M´s de diferentes colores mezclados y en
bolsas cerradas, esto suponía que alguien tenía que personalmente abrirlos,
ponerlos en un tazón y retirar todos los de color marrón.
Cuenta la leyenda que en el año 1982,
en un concierto en Colorado, David Lee Roth (el vocalista en aquel entonces y
el más renombrado) se acercó a revisar el tazón de M&M´s en el backstage y
para sorpresa y disgusto suyo, no habían retirado los marrones. El destrozo que
causó su ira, habría generado daños por un valor cercano a US$ 12 000, entre la
puerta y el vestuario que rompió, la comida que lanzó, y quizá otras cosas más
que encontró a su paso. Pero este costo no fue el único en aquel concierto, pues
por problemas de montaje el escenario donde actuó la banda se desmoronó, causando
daños por cerca de US$ 80 000. Algunos medios, dicen que esto no ocurrió y es
solo una leyenda, pero no discuten la existencia de la cláusula y su
importancia para la banda[1].
Sea o no real la historia, para
comprender esta cláusula, debemos remontarnos a finales de los 70’s y comienzos
de la década de los 80’s, con Van Halen de gira por distintos países, que incluían
un show tras otro, sin darle a la banda y a su equipo el tiempo suficiente para
montar los escenarios y las escenografías de cada concierto, dejándole esta
tarea a la empresa responsable del concierto.
El montaje de los grandes y
épicos escenarios, y los requerimientos técnicos con gran cantidad de luces, equipos
de sonidos, enchufes y demás, podían ser riesgosos para el grupo, los
trabajadores y el público, si se instalaban sin las condiciones de seguridad que
Van Halen estipulada, y también podían generar complicaciones técnicas durante
el show, pero el tiempo entre un concierto y otro no alcanzaba para revisar al
detalle si los organizadores habían cumplido con todos los requisitos. Este
aspecto preocupaba a Van Halen, al punto de buscar mecanismos contractuales que
obliguen a los contratistas a cumplir los requerimientos técnicos y de
seguridad, procurando su comprobación rápidamente.
Es por ello que, los M&M’s
eran la forma ingeniosa y rápida de verificar si se leyó adecuadamente el
contrato, y si se tuvo cuidado en su aplicación. El desmoronamiento del
escenario aquel día, habría comprobado que la técnica de los M&M´s funcionaba.
La explicación de la cláusula la dio
el propio David Lee Roth en una entrevista en la última década, señalando que si
las empresas fallaban en este aspecto, probablemente habrían fallado en algo
más. Esta cláusula era para ellos un indicador de cumplimiento contractual. Ese
era el nivel de preocupación y previsión de Van Halen en los preparativos para
sus conciertos. Éste aporte trascendió de anécdota de astros del rock, a las
aulas de Derecho y negociaciones contractuales.
La historia ha circulado nuevamente
con distintos detalles y bemoles por las redes, con ocasión del fallecimiento
del gran Eddie Van Halen, a quién desde aquí rendimos un simbólico homenaje con
estas líneas.
Lima, 07.10.2020
[1][1] López
Palacios, Iñigo. El país: “Van Halen: ¿qué hay de cierto en la leyenda de los M&M’s
marrones?”. Publicado el 07.10.2020 www.elpais.com
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