Autora: Karla Gaviño Masías
1,100 mujeres fueron reportadas como inubicables durante el aislamiento domiciliario obligatorio por COVID-19, (desde el 16 de marzo al 30 de Junio de 2020), según la Defensoría del Pueblo. La Entidad precisa, que 309 son mujeres adultas y 791 son niñas o adolescentes; es decir, la cifra de menores de edad desaparecidas duplica largamente la de mujeres adultas. Asimismo, afirma que al día se denunciaba por lo menos la ausencia de 14 niñas, adolescentes o mujeres; con lo cual, en promedio cada 2 horas desaparecía una mujer en el Perú[1]. ¿Pero cómo es esto posible, si estábamos en confinamiento?, efectivamente, no había transporte aéreo ni terrestre. No obstante, la Defensoría del Pueblo ha identificado escenarios de violencia familiar, feminicidios, secuestros y trata de personas, detrás de las cifras.
Busquemos una imagen general de lo
que va del 2020, según las cifras de la Defensoría del Pueblo. Previo a la
cuarentena general, en Enero desaparecieron 561 mujeres (158 mujeres y 403 niñas
y adolescentes) y en Febrero 663 (168 mujeres y 495 niñas y adolescentes) [2]. Es
decir, se tienen reportadas como desaparecidas desde Enero al 30 de Junio de
2020, aproximadamente 2457 mujeres (1720 menores de edad y 737 adultas)[3]. Las
regiones con mayor cantidad de desaparecidas son Lima (408), Arequipa (55) y
Callao (47).
¿Dónde están todas ellas? ¿Qué
les ha pasado o les está pasando? La ausencia de mecanismos unificados de
registro y seguimiento de los reportes, no permite saberlo. Miralis Morales
Tovar[4], señala
que desde hace 17 años existe la obligación legal de contar con un registro nacional
de información de personas desaparecidas, con la promulgación de la Ley N°
28022 el 11.07.2003, a fin de centralizar los casos y facilitar información para
la búsqueda, pero que no está actualmente implementado. Surge inevitablemente la pregunta: ¿Por qué no
está implementado?, no encontramos respuestas adecuadas para la gravedad del
tema, pese a que la administración del registro recae en el Ministerio del
Interior.
Lo que a su vez, lleva a
preguntarse: ¿Qué se está haciendo?. ¿Quién lidera el tema? ¿El Ministerio de
la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) o el Ministerio del Interior (MININTER)?
La ausencia de claridad, la falta de liderazgo, afecta profundamente y nos coloca
como país cada vez más lejos de implementar medidas efectivas de acción. Las normas
existen, pero no se aplican como consecuencia de ello. Miralis Morales[5], señala que
el Decreto Legislativo 1428 y su Reglamento emitido en febrero de 2020, regulan
la Alerta de Emergencia que puede emitir la Policía Nacional ante la desaparición
de niños, niñas, adolescentes y mujeres víctimas de violencia, incluso, en el
caso de mujeres se precisa que puede no haber un antecedente de denuncia por
violencia. Sin embargo, nunca se ha activado una alerta de emergencia por la
desaparición de una mujer. Esto nos lleva a preguntarnos, ¿por qué no se
activa ninguna alerta de emergencia si todos los días se reportan niñas,
adolescentes y mujeres desaparecidas?. Otro
vacío sin respuesta.
Desde este breve espacio, consideramos
que la temática abarca tanto al MIMP, al MININTER, a la Policía Nacional y debe
incluir la articulación con la Fiscalía de la Nación y el Poder Judicial. No
puede ser enfocado primordialmente como una tarea de una División de la PNP. Las
separaciones competenciales no deben llevarnos al vacío, a la inacción y al
olvido de las niñas, adolescentes y mujeres desaparecidas; al contrario, se
requiere una estrategia y un actuar articulados, y sobre todo, con determinación.
Este artículo nos deja muchas
preguntas, a las cuáles, le sumamos otras de trasfondo que no pueden y no deben
ser soslayadas: ¿Por qué las desapariciones, la trata de personas, la violación
sexual de menores, la violencia contra la mujer, así como la situación de los adulto
mayores en los asilos y tantas otras causas humanas, urgentes, sociales, legales,
y que éticamente nos reclaman como individuos y como sociedad, -en el contexto
de una pandemia que debería ayudarnos a encontrar nuestro lado más humano-,
simplemente, pasan a un segundo o tercer plano (o incluso a ningún nivel de
prioridad)?. ¿Por qué no exigimos que se les dé prioridad? ¿Dónde estamos los
peruanos como sociedad y qué tipo de sociedad estamos construyendo para la “nueva
normalidad”?, ¿En qué valores nos estamos cimentando?, ¿Qué tan profunda es
nuestra crisis de valores?.
Lima, 22 de Julio de
2020
[1]
Nota de Redacción Diario La República, publicada el 09.07.2020
www.larepublica.pe
[2]
Idem
[3]
Nota de Redacción Diario Correo, publicada el 09.07.2020 en www.diariocorreo.pe
[4]
Morales Tovar, Mirelis. “Covid-19: ¿A quién le importa las 915 peruanas
desaparecidas durante la cuarentena?”, publicado por CONVOCA, el 21.07.2020 en www.convoca.pe
[5]
Idem
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